jueves, 26 de febrero de 2015

Complicarse la vida








No queda otra que complicarse la vida. Qué le vamos hacer, la vida es cruel; soy de las que a dos días de presentar su segundo libro cae en la cuenta de que algunos de los post que aparecen en los capítulos, han salido también en la página web de la Cadena SER . Y me entra pudor a paladas aunque se me pasa pronto... Qué coño, gracias a ellos me leyeron tanto... Saquémosle partido. 

El libro es la locura de Mario Quintana, un tipo que no conocía de nada, al que no había visto en mi vida, que contactó conmigo por twitter para pedirme una entrevista para la revista digital de literatura que se había sacado de la chistera con un nombre delicioso: "Le Tour 1987". 

Mario se gana la vida repartiendo pan bien temprano en un pueblo de Extremadura. Y tiene tiempo para juntarme con Benjamín Prado entre otros y eligió para ilustrar la entrevista una foto, recuerdo de un verano glorioso en el que trabajé haciendo algo tan delicioso como hablar de sexo en radio... 

Sexo y panegíricos. Compro. 

Accedí y después de sentirme halagadísima porque dejara que me leyeran, propuso editarme un libro. A mí, que el primero me lo editó La esfera de los libros y  no alcancé ninguna cuota apetecible como para que cualquiera volviera arriesgarse de nuevo. 

Mi primer libro fue con una editorial que así de lejos impresiona. Solo decir el nombre ganaba puntos, como si ir cogida de su mano garantizara éxito y calidad. Sí, lo editaron. Ya está. Movieron el culo, cero. Me sentí cuerno quemado pero con el tiempo entendí el motivo de esa poca condescendencia: los que saben de libros son ellos. Un amigo editor de la competencia me facilitó las cifras que yo quería conocer. Me dijo cuántos libros había vendido y quise compararme con mi título fetiche. Ese día me prometí a mí misma que seguiría leyendo y releyendo a Hanif Kureishi, pero que no lo conocería en persona hasta que no fuera capaz de hablar con él en inglés como hablo el castellano... He regalado una docena de veces "Intimidad" y he pergeñado todos y cada uno de los polvos de "Con dos tacones", el mío. He expuesto mis tripas sobre una mesa como hace Jay  e incluso en el que yo escribí hay un personaje que rinde homenaje al personaje que me obligó a ser honesta con todos mis amantes. Ya me he acostumbrado a que a mí se me acumulen las carambolas; sé que terminaría enterándome de que el autor de mis desvelos está en Madrid y admito que sabría llegar a su vera moviendo los hilos necesarios o echándole la desvergüenza que me garantiza, pero no... No porque a Kureishi hay que llevárselo de vinos. 

Y yo me he ganado que mis rondas las pague él. 

Si yo hubiera sido medianamente famosa habría vendido muchísimos más ejemplares de Con dos tacones al margen incluso de su calidad. Miren, ¿creen que todos los que van por la tercera edición son buenos libros?, pero nadie explica la crueldad del sexo malentendido con la elegancia del escritor de padre pakistaní y madre inglesa criado en Londres. Por mucho que "Intimidad" se haya convertido en un titulito al que pocos recurren por mucho que incluso hicieran la adaptación cinematográfica y la firmara un francés, "Intimidad" es un perfecto desconocido. Justo el que más conozco yo porque sus mujeres, pero sobre todo sus hombres, me obligaron a ser una amante honesta el resto de mis días. No mentir ni mentirme, acostarme siempre con quien me diera la gana y saber distinguir en el sexo todas y cada una de sus rugosidades. Asumir que a mí lo que me gusta es creerme que la chupo mejor que el resto.. 


Así llego al segundo libro. Recopilación de mis mejores post en este blog que me he empeñado en reescribir para que las personas que quisieran tenerme en su estantería no se sientan decepcionadas por encontrarse con lo mismo que pueden conseguir gratuitamente simplemente entrando en este link. Hay quien va a hiperventilar en cuanto lo abra, distinguiéndose entre líneas y preguntándose si quienes lo leen también se han dado cuenta de que están en la historia de ese polvo de marras.. De eso se trata. De que compliquemos  la vida, ya lo he dicho desde el principio.  Ya está Mario al quite ante posibles ataques de pudor egocéntrico y pone fácil la compra del manuscrito:  lo manda sin gastos de envío a todos los que lo pidan. 


Se trata de nuevo de abrirme en canal y disponer de mis tripas en la mesa del mismo modo que mi Mamoon particular lo hace desde cualquiera de los suyos. Mamoon es uno de los protagonistas del último libro de Kureishi, otro más en el que ninguno esconde sus miserias...

Aprendiendo y nutriéndome de estos textos no es de extrañar que termine sacando mis propias conclusiones. Y que las saque de quicio forma parte de mi encanto: 

Hay dos clases de mujeres, las que se limpian los dientes antes de comerle la polla a un hombre y las que no. Desgraciadamente para ellos, no van a poder elegir qué hará ella. Y afortunadamente para nosotras no tendremos que justificar lo que decidamos. Hay tipos que ni siquiera se dan cuenta de este pequeño detalle y lo pasan por alto... 

Pobres. 

Ahora que saben la verdad piensen qué hacen las mujeres de su vida antes de chupársela. Y descubran cuánto los quieren.