viernes, 5 de noviembre de 2010

Facebook endiablado

Esto del Facebook lo carga el diablo... Si lo sabré yo. 


Reconozco ser una adicta grado medio-alto del portalito en cuestión. Todavía no me he enganchado desde el IPhone, pero tiempo al tiempo. En diez días me dan el primero... Luego ya me retracto. Entro con la suficiente frecuencia como para reconocer que me gusta hasta decir basta. Muchas posibilidades, muchas. 


Pero lo carga el diablo. Si no de qué mantengo yo ahora intensas discusiones sobre la existencia de Dios con un sacerdote al que no he visto en mi vida pero que resultó ser amiguito de uno de los míos. Pero intensas, intensas. Porque se ha empeñado en que todo lo bueno de mi vida tiene un origen espiritual y divino que no veas, cuando veo yo todas mis satisfacciones más bien mundanas. Sencillitas y al uso, que no soy tan diferente... 


A todos nos gusta lo mismo: ser felices. Y la felicidad ya he aprendido que no está fabricada sobre grandes triunfos, sino sobre pequeñas satisfacciones. Al menos en mi caso. Pues para él, gracias a la existencia de Dios puede canalizar su abnegada dedicación por el bien de los demás, por el alivio de sus dolores y por la normalidad de sus actos. Vamos, que es un tipo majete. Pero cura. 


Y claro, me da un pelín de grima...


Porque es que por más que me paro a buscar, es que yo no lo veo. Sólo reconozco la excusa perfecta para que unos cuantos se forren con la excusa, salgan impunes de delitos, se inventen normas estúpidas y encima les dé por santificar el sufrimiento... Que es que ya hay que ser retorcido... Y encima viene el Papa y me entra el coraje por la pasta que nos cuesta, que me parece fenomenal que si fuera Bruce Springsteen costaría lo mismo, pero es que con Bruce por lo menos me lo paso bien... Pero con el Papa... Me entra una tiritona qué no veas.


Pues nada, él insiste. Lo reconozco, no vi su foto en grande antes de aceptar la solicitud y lo conocía de que escribía en varios muros frecuentados...  Así que no es que haya topado con la iglesia, es que estoy de un activo que doy miedo. Porque me muero por convertirlo, que no corromperlo... Allá cada uno con sus deidades, las mías al menos no exigen chorradas. 


Quién si no el diablo iba a ponerme a mí un cura cerca... En los 70 se disfrazó de niña poseída; treinta y ocho años después lo hace en histeria colectiva en red. Yo, sin dudarlo, me uno.  


Y las conversaciones sobre Dios con el cura son hasta decimonónicas... ¿o empezamos a hablar de otras mucho menos espirituales pero infinitamente más divertidas e igual de intensas?

jueves, 21 de octubre de 2010

Veneno con plumas

Este fin de semana tengo salida nocturna con mis amigas en perfecto Akelarre: sin niños, sin pareja, sin horario... Y, aunque nos vemos con relativa frecuencia, la del viernes me hace especial ilusión porque hace tiempo que no paseamos los tacones...Los tenemos todas a punto. Esto es muy de tía, no lo voy a negar. Se reduce a que nos vamos a reír hasta del apuntador, confesar nuestros últimos descubrimientos y reconocer a lo debutantes que nos descubrieron. Sin mucho aspaviento, pero con mucha ironía. Puede hasta que nos dejemos caer tentando varias suertes... Y tan cinematográfico que el  film sería un éxito igual de efímero que todas las comedias de mujeres con las que pretenden retratar a la mujer de más de treinta y menos de cincuenta. Y de La Tana Cé que haga la Bellucci, que me pone hasta a mí. 


Lástima que  también  se ha producido cambio de gobierno y me han plantado en Sanidad a la Pajín quien entre otras lindezas cree en influencias supradivinas que iluminan a Zapatero y me parece la Soraya Sáenz de Santamaría del PSOE. Que tampoco la soporto. Así que llevo unos días terrible. Normal, tengo un hijo con otitis contínuas, un padre que vive en los "Mundos de Yupi" y Mi Canalla es hipocondríaco. Y la Ministra de Sanidad luce "Power Balance"... 


Menos mal que también tengo un lado muy de tío. Sí, mi hermana y yo tenemos un no sé qué masculino que en su caso se ha transformado en un punto seductor cargado de sensatez y estilo y en el mío se ha quedado en una parte un poco más burda,  pelín poligonera a veces pero que también tiene su aquél. Y esta noche, a pesar de que estoy de canguro, he visto el partido del Atléti. Y me da cosa, yo soy futbolera pero se supone que me gusta ver los partidos acompañada, no sola cenando fruta con queso... 


Menos mal que mañana salgo con la tropa y ellas me reconducirán por el buen camino. Sólo esas mujeres podrían afilar mi lengua y sacar veneno de tanta irresponsabilidad, la del gobierno y  mi pataleta. A la Pajín la pondremos a caer de un guindo con la elegancia y maldad femenina que nos caracterizan mientras paseamos palmito. Y al Atléti le sacaremos partido aunque sea a cuento de un plumas negro divino que había en el banquillo. Que todo tiene truco y no sólo han ganado 3-0...

lunes, 11 de octubre de 2010

Una de cuernos

Un tipo le pone los cuernos a su mujer con una desconocida. Está buena, le parece graciosa, tiene desparpajo y un pelín de caradura. No tiene nada que ver con la esposa que duerme a su lado, amargada porque su vida es sólo fachada. O simplemente porque le aburre soberanamente ser su esposa, que todo puede ser... La desconocida se deja conocer, quedan para cenar, se cuentan la vida y terminan follando. Aunque haya que entrar en un hotel del centro de la ciudad, registrarse por unas horas y descubrir lo cómodas que son las camas de los Room Mate. Que lo son.

Otra mujer está enamorada de su pareja pero se siente atraída por un colega de profesión en el que no había reparado. Ni siquiera había oído hablar de él. Pero de repente se conocen en una reunión de la empresa y mes y medio más tarde follan. Puede que repitan un par más pero no se enamoran. Es sexo, diversión y complicidad, exactamente igual que con sus respectivas parejas. Porque son felices. Sólo que entre estos dos compañeros de trabajo que se acuestan no hay obligaciones; eso da muchos puntos y de golpe.

Estoy segura de que a nuestro alrededor hay infinidad de historias parecidas. Cambian las tramas y los personajes pero no nos libramos, estamos rodeados. Unas veces son el inicio de otra historia de amor, aunque casi siempre se quedan en un episodio más.Si somos uno de los personajes actuamos de una manera y si, simplemente somos espectadores, lo hacemos de otra. Que los cuernos siempre joden, qué coño. Pero tenemos que vivir con ellos, forman parte de nuestras vidas. Y unas veces ni nos salpican y otras nos ahogan sin remedio.

Y ahora para rematarlo, a la Esteban le han puesto los cuernos, lo cual ha saciado a muchas personas que no tenían cuernos en su casa. Catódicas raciones de tertulias televisivas dando todo lujo de detalles del ultraje a la futura diputada, que ésta se nos presenta fijo. Tiembla Rajoy que te va a quitar mucho voto, pero que mucho voto. Pero si aún así no pones los cuernos ni te los ponen y no te interesa el culebrón de la telebasura, no te preocupes: seguro que tienes una amiga que te monta un quilombo enrollándose con el marido de otra de la panda. O tu hermano se enrolla con la vecina de la urbanización, que para eso están los amigos.

Al fin y al cabo se trata sólo de cuernos.Y no son tan importantes.

jueves, 30 de septiembre de 2010

Sex friendly

La discusión de si un hombre y una mujer pueden ser sólo amigos sin ser amantes me apasiona. Me chifla presenciar y participar en ella cada vez que se presenta la ocasión; me lo paso pipa. Me encanta escuchar la frase de "Por supuesto que sí, yo con mi amigo Fulanito jamás he follado. ¡Sólo somos amigos!. Me parto. Porque como el Fulanito sea un quesazo y encima se lleve bien con ella, no me cabe la menor duda de que se han acostado. Puede que no sean amantes ni se líen esporádicamente. Incluso admito que no se hayan vuelto a acostar jamás. Pero a las mujeres nos encanta la belleza, nos sentimos más guapas cuando nos acostamos con un hombre guapo y por supuesto... ¡nos gusta el sexo! No sé por qué no lo admitimos e incluso lo criticamos cuando es un hombre el que reconoce que no puede existir la amistad entre él y las mujeres que están en esa categoría. ¡Maldita religión católica!


Uno de mis mejores amigos, y tengo pocos, es el hombre que menos veo de todos los demás, con suerte, dos veces al año. Es el hombre al que más admiro intelectualmente, por encima de cualquiera de los que están o han estado. Y la única persona a la que no he mentido jamás. Si eso no es una buena definición de lo que significa para mí la amistad, no puedo ofrecer otra. Se sabe toda mi vida sin ese personaje que tengo tan bien fabricado y es el único que no se empeña en que lleve minifalda cortísima sin medias de 50 Den, asegurándome que estoy acomplejada o sacándome a relucir cualquiera de mis delirios. Con lo estudiada que me tengo… 

Y seguro que lo que nos pasa a nosotros le pasa a un buen puñado de mortates: Nos liábamos cada vez que nos veíamos. Sólo nos acostamos una vez y después de muchas citas, tardes enteras en las que hablábamos, alguna que otra noche de copas y mucha tertulia. Pero no he sido tan sincera con nadie en mi vida, tampoco con una mujer. Porque sólo a él no le he disimulado jamás, ni atenuado, ni minimizado ninguna reflexión, maldad o  confesión… Y las tengo realmente inconfesables. Se las sabe todas. Hace 24 años que nos conocemos y por lo menos 20 que somos amigos y no nos hemos peleado ni una sola vez. Ni una.

Sería sin lugar a dudas mi hombre perfecto. Y lo es. Pero para llegar hasta aquí nos hemos conocido, gustado, acostado y seguido hablado, queriendo y viendo. Sin más sexo que aquella vez, cierto. Pero nos acostamos. Fue importante en nuestra relación aunque no más que el resto de las situaciones que nos unen. Y afortunadamente nuestra vida sexual ha seguido evolucionando y no hay nada como hacer terapia cada vez que nos vemos para contarnos aventuras y desventuras de cada uno de nosotros. Está claro que yo soy infinitamente más explícita en mis relatos, él es un señor.

Y sé por qué, con honestidad, funcionamos tan bien. El truco está en no ser pareja, sólo amigos. Seguiremos así de bien si no caemos jamás en la tentación de creernos los más listos, los protagonistas de un relato aún más cinematográfico que el que filmamos desde  hace tiempo, dándole única y exclusivamente importancia a lo que es importante: Nos queremos, pero no nos amamos.

Eso sólo puede pasarme con un hombre que es mi amigo, al que por supuesto me he tirado. Aunque sólo sea una vez.

¿Me lo iba a perder?

12 julio 2010

Imagino que pocas personas tienen la suerte de que le regalen por su cumpleaños La Copa del Mundo de fútbol pero soy una mujer afortunada. El 12 de julio pasará a la posteridad para siempre jamás porque fue el día que llegó esa pequeña Copa a nuestro país. El día grande en el que saldamos cuentas con nuestro pasado en un Mundial que ha sido maravilloso, sublime.  
 
Empezando por el abrazo de Casillas y Puyol; esta selección ha hecho un corte de  mangas a los radicales de uno y otro bando. A los fachas porque la roja aprendió del Barça la importancia de jugar en equipo, de necesitar al de enfrente para avanzar, para sortear al equipo contrario, para marcar un gol. Eso, seamos sinceros, sólo lo hacen los del Barça. Pero en el Mundial lo corroboraron el resto de sus compañeros: inconmensurables Sergio Ramos, Iker, Navas, Capdevilla, Llorente... 

 
Reina, que siempre está sin necesidad de figurar, dando consejos, abrazos y apoyos de lo más certeros. ¡Qué speaker para la celebración del triunfo! Por favor, que le den ese talk-show de la tarde, como dice mi amiga Sol...¡Qué perfección en las presentaciones!
Del Bosque, que aguanta el tipo en los momentos más estresantes, que es capaz de seguir desde el banquillo todas las jugadas mientras nosotros nos quedamos roncos gritando al televisor. No me cabe la menor duda, es el mejor para hacer el próximo anuncio de "Activia", porque este hombre si de algo no tiene problemas es de estreñimiento... 
 
Y ese besazo Iker-Sara con el que callan bocas. Me chifla que él se pasara el protocolo por la entrepierna y le diera ese beso a pesar de que ella intenta no aprovecharse de la emoción de su chico. Sara Carbonero es joven, si sigue así en 10 años será una excelente reportera y podrá justificar su cargo como subdirectora, pero que a nadie se le escape que Telecinco es quien ha metido la pata con ese nombramiento. Y ella no está en ese lugar "porque es la novia del Capitán", que en la Copa Confederaciones ya estaba ahí... Los excesos que cometa por ser la novia de Iker (porteadores durante el Mundial, maquillador y peluqueros extras) son cagadas de la cadena no de ella por pedirlos; que a todos nos han dado muchas curitas de humildad cuando se nos ha ido la olla. 
 
Y ya personalmente: 

Que mi hijo se negara a ser confinado en su cuna en el descanso como durante todos los demás partidos y ayer, frente a Holanda, lloró y lloró hasta que lo rescaté y regresó al jardín para quedarse con nosotros todo lo que quedaba de partido. A 3 minutos del final de la prórroga gritó GOOOOOOOOOOOOL con todos nosotros, en brazos de la Rubia y luego de sus padres...
 
... Y que mi chico llorara como un niño cuando Iniesta marcó porque disfrutaba con el deporte que más le apasiona. Recordó, así del tirón, a su padre muerto hace 25 años, a su mejor amigo (Bacha) y abrazó a su nene y a su mujer como si llegara de la mismita guerra.. Sí, muy peliculero, pero así es esta familia.
 
Hasta fuegos artificiales he visto desde el balcón de la casa nueva de la Pepa... Que se nos ha ido a la Plaza de las Vistillas dándonos tribuna preferente... Un delirio...

Yo era de las que temía que llegara su cumpleaños porque no sabía cómo celebrarlo, porque dudaba de la capacidad de convocatoria y porque me marcaba unos límites muy por encima de mis propias expectativas. Tenía que ser la bomba. Y este año lo ha sido: he visto ganar a la Selección la noche antes de cumplir los 38 años. Y con el sobrenombre de "la Roja". Mi gran fiesta de cumpleaños comenzó a un pase de Cesc a Iniesta que se comió Stekelenburg.

Mi Canalla me enseñó todo esto el mismo día que enredó sus piernas con las mías.

Y luego las hay que prefieren a los que regalan diamantes en los cumpleaños... A mí me han regalado la Copa del Mundo...

Partiendo peras

Me acuerdo de que estuve casada muy pocas veces. Y una es cuando llega la hora de hacer la declaración de la renta. Soy una negada en los números; porque ahora no tengo pasta, pero lo lógico sería que pagara a alguien porque me llevara las cuentas. Desgraciadamente, hago lo que puedo (que es poco) y abuso de mi hermana que me hace la declaración y encima se lo toma con humor. No hay quien pague eso, lo aseguro.
Pero desgraciadamente una vez al año viene la hora de rendir cuentas con Hacienda y a  mí todos los años me colapsa el hecho de que aparezca un ex marido al que no veo (ni quiero) desde hace años y que se niega a pagar el cambio de titularidad del crédito hipotecario que pedí(mos) para comprar la casa que sólo pagué y pago yo desde el primer día. Así que para el fisco, hasta que yo no me presento en la delegación de Hacienda con mi sentencia firme de divorcio y los papeles del notario en el que escrituramos de nuevo (cuya minuta pagué yo solita), sólo me adjudican el pago del 50% porque su nombre aparece en los papeles. Me quedé sin pasta para cambiar dicha titularidad; sobra decir que le di todo lo que tenía incluido un coche nuevo y el banco reclama más de 1.000 € por la chorrada. Por supuesto mi ex dice que él no paga un duro; nos ha jodido, se puede adjudicar el pago de la mitad de mis letras y desgravar sin haber soltado un céntimo.

Pues acabo de darme un gustazo de lo más peliculero. De esos que te dan todos los puntos...

Acabo de llegar de un fin de semana con Mi Canalla en Lisboa; se lo he regalado por su cumpleaños. Hotel céntrico, de lo más "chic", ida y vuelta en el tren-hotel y un enorme fiestón con amigos divertidísimos. Vamos, un lujazo.

Y lo ha pagado casi todo mi ex. Lo juro.

Porque toda mi vida he querido conocer Lisboa acompañada de un hombre que me pusiera, sí he escrito bien: pusiera las pilas, del que estuviera enamorada y estuviera enamorado de mí y encima sentirme la reina del mambo. Que me chifla.
Y nunca jamás me llevaron; cosas de la vida.

Así que, como mi economía es bastante ajustadilla, he vendido la alianza de mi matrimonio con aquel ser gris para gastármelo en el regalo de cumpleaños de mi hombre. Y de paso saldar cuentas con los sueños.

Que también viene bien. Lástima que nos demos estos gustazos tan poquitas veces. Y sobre todo: lástima no poder restregarlo aunque sólamente sea para imaginar su cara...

Antidepresivo en vena

Mi economía más que de guerra es ya de postguerra. Y me chifla la ropa, sobre todo estilosa, de diseñadores más o menos desconocidos, no soporto los logotipos visibles y calzo un 39 y medio. Apañadita estoy, vamos. Pero estoy en casi todos los mailings de out-lets de Madrid y tengo unos cuantos contactos que se acuerdan de mí cada vez que se celebra uno. Así que me entero prácticamente de todos.

Llevo meses sin ir a ninguno precisamente porque, como ya he dicho, no tengo un puto duro. El miércoles pasado decidí que me merecía un caramelito. Así que he apartado 200 € para dedicarlos única y exclusivamente a mí y me he lanzado a las calles a patearme el "camino de la ganga" de los destocajes madrileños. Los había para todos los gustos y con los más jugosos reclamos: desde el que te ponía a Pitita como ejemplo de lo que realmente aspiras hasta los que se montaban en el garito de moda de la Puerta de Alcalá y usaba de anzuelo los nombres de las mejores firmas del panorama. Originales y exquisitos, por si acaso.

Estoy agotada.

La primera jornada la compartí con mi amiga Marta que no sólo me hizo de avanzadilla en uno de ellos  para llamarme después y decirme si merecía la pena o no, sino que además me descubrió una de las tiendas más secretas y exitosas del momento, ésa que no pienso desvelar ni bajo tortura...

Hoy he complementado el fin de semana con mis dos hombres, el padre y el hijo, para que no se me quedara nada en el tintero. Por seguridad.

También me dejé caer por las que todos conocemos y me abastecí de ropa interior nueva que sí que era impresindible. Cosas de haber perdido una talla de sujetador pero no de braga; desgraciadamente si hubo Out Let de "La Perla", "Oysho" o siquiera "Woman Secret" no me he enterado.

Ha sido fantástico.

El sábado me compré unas sandalias estupendas y baratísimas que esta mañana he cambiado para regresar con unos zapatos de tacón negros de "G-Star" con los que además podré trabajar monísima sin problemas. Sí, Marta: de tacón y negros, justo lo que no necesitaba ni buscaba.

Hoy, un abrigo verde botella de "Miss Sixty" que por supuesto tampoco necesito pero que es estiloso como él solo. Curiosamente procede del mismo Out Let con sección de "Italianos" en el que estaba el mismo vestido que encontré en esa tienda innombrable. A mí me costó justo la mitad. Así que la divina del  Out Let más cool poquito de morro también tiene aunque no me cabe la menor duda de que el futuro es de color amarillo y no lo digo porque sea la tonalidad de moda.

Y lo mejor, voy a ser precursora de la moda veraniega por obra y gracia de un sombrero de paja con plumas y piedra que he conseguido.Vamos que me he puesto las botas y aún me sobra un 25% del presupuesto asignado. Un triunfo.

Y oye, no es que vaya yo ahora a dar la razón a los tíos que aseguran que nos curamos la depresión yéndonos de compras... Pero también que bien voy a dormir esta noche. Con la falta que me hace...

En un sinvivir me tienen

Hay que joderse. Me despisto unos días y se me acumulan los temas. Y yo, cuando me enrollo no tengo verso; por eso jamás publicaré una novela.
Con los finales futboleras de esta quincena en las que han participado el Madrid, Barça y Atlético de Madrid he aprendido dos cosas: en todos las aficiones hay gilipollas y con todas soy capaz de emocionarme; salpican en todas las direcciones afectándome de muy diferentes maneras. Eso por no hablar de Paco González, que es que hasta le he hecho un grupo en Faceebok ("Por la profesionalidad en los medios y en apoyo de Paco González de la Ser") del que me siento orgullosa a pesar de ser el más íntimo:apenas 76 miembros.

Primero el Madrid, que echa a Pellegrini y ficha al soberbio de Mourinho. Que mira que es guapo... ¡pero qué tipejo! Si hasta ha dicho que su personaje histórico favorito es Juan Pablo II. Léanse por favor la respuesta de Carles en el muro de Mi Canalla: "hostia un poco pinta de pederastia tiene, ahora que dices". Cuánta razón, Torras...
Luego el Barça, que ha ganado... Y eso que los madridistas confiaron en el coraje de Clemente (para que los pucelanos se merendaran a los azulgranas) y  que arrollarían el club de un ex jugador: que el presidente del Málaga es Fernando Sanz, el hijo de Lorenzo. Vamos, que ganaban la liga del mismo modo que la perdieron en Tenerife hace años...

Y para terminar el Atléti. Que gana al Fullham, el equipo propiedad del que pudo ser suegro de Lady Di y dan en los morros a Hugh Grant, el doctor House y Naomi Campbell (a ésta le gusta el Fullham porque es una ridícula, no porque sea futbolera). Pero luego no me dieron la alegría de que Del Nido se comiera el sombrero. Con el asco que le tengo. Me hice un reportaje estupendo en Neptuno la noche de la UEFA (me cuesta una barbaridad llamarla Liga Europea y lo de Europa League es un anglicismo que detesto). Cuatro horas en la salvajada rojiblanca en las que disfruté y me asqueé por igual. Me robaron la boina que me regaló mi cuñado; era francesa auténtica. Ya lo he dicho al principio: Hay que joderse.

Lo peor es que mis punzadas no provienen sólo del fútbol, que no he comentado la lista de convocados al Mundial. Ni pienso que luego el blog parece monotemático de balompié y se suponía que yo me iba a ahorrar la pasta de la terapia con estas línea, no que mi hermana iba a dejar de leerme.

Es que encima los funcionarios están ofendidos con el recorte de sus sueldos. Y parece que también lo están los que como yo, trabajamos en la pública sin haber aprobado la oposición. Vamos, que sospecho que me van lo rebajan así de rebote. Pero a mí no me molesta. De todas las medidas anunciadas por Zapatero ( si alguien prefiere que escriba ZP que deje de leer ahora mismo) ésa no es la que me indigna. Así que no iré a la huelga por mucho que mi empresa vaya a defenderla. Que es que seguro que la apoyan, ya verán ustedes.

Necesito  que expliquen mucho mejor a quiénes va a freír Hacienda y sobre todo: qué pensiones se pierden. Que hasta el cheque-bebé puedo entenderlo... Pero no necesito medidas con título socialista que apestan a derecha. Para eso tenemos ya un partido que gana con mayoría absoluta donde yo vivo y se me llevan los demonios. Si no me creen, esperen 12 meses. En un año me encadeno exigiendo colegios públicos en mi barrio.. Que Mimoco tiene que empezar la escuela... ¡ Y no, no lo pienso llevar al Pureza!

Para colmo, el fin de semana que vienen se me acumulan las citas y necesito que el fin de semana sea doble de todo para que yo pueda asistir a todo lo que tengo: asado en Las Navas del Rey (Madrid)a mediodía y en las Navas del Marqués (Ávila) por la noche. Casi la misma gente asiste a ambos. Y yo en medio. Por supuesto quiero ir al de Paloma y el de Mi Canalla es de libro. Más las fiestas de Getafe; que me siguen chiflando.

Vamos, que no sé si pillarme una gripe. O mortificarme porque todos los comentarios a estas reflexiones aparecerán en el Facebook. Y yo prefiero en el blog para que parezca algo serio...

Menos mal que he empezado a leer a Susan Sontag; aún  hay esperanza.

Futuro profesional

Lo he decidido. Ya sé a qué me quiero dedicar. Me quiero dedicar al porno. 
 
Así dicho suena estrambótico, ¿verdad? Puede hasta parecer que he decidido ganarme la vida del mismo modo que la otra, la famosa, la que por un azar del destino utiliza mi nombre para su artisteo y, como es lista, lo ha registrado en patentes y marcas. Vamos que menos mal que firmo este blog con pseudónimo, si no me empapela. Pero no, la barcelonesa puede estar tranquila. Ella hasta escribió un libro; mi hermana se quedó impresionadísima porque no la conocía de nada y un día en el aeropuerto casi se cae de la emoción cuando vio un kiosco repleto de libros con mi nombre en la solapa. "Por fin", pensó mi pobre. Claro, se quedó de piedra al leer el título : "Memorias de una pornostar". Desafortunadamente no era mío. No, mi vida sexual no tengo ni idea de si ha sido intensa, peculiar, divertida o dramática. Como la de todos, imagino. Pero actriz porno lo que se dice actriz porno... Sólo cuando me ha dado el punto. ¡Y bordo el papel! 
Lo que quiero  es presentar un programa porno al estilo del que tiene Canal + los viernes por la noche, justo antes de la peli de rigor, "Mundo X" se llama. Es buenísimo
 
Total, si a mí lo de peliculera ya me viene, lo único que tengo que hacer es sacarle provecho a que además me guste el porno. Porque a mí me chifla el porno. Supongo que tuve un maestro sublime, de esos que llegan un  buen día, se te plantan en la vida en mitad de tu época universitaria y te la alegran por inercia. Porque son maravillosos. Y los quieres de por vida. Yo a Rafa lo querré toda mi vida. Sólo recordarle con su amigo Mario explicándome la diferencia entre una película europea y una americana, dentro de las europeas distinguir una francesa de una nórdica y una de Mario Salieri de otra cualquiera... Es uno de los recuerdos más divertidos que tengo de mis veintipocos...Y luego mi vida ha transcurrido con una normalidad pasmosa, que por mucho que quieran demonizarlo ni me he quedado tarada, ni me avergüenza reconocerlo. Hay un porno maravilloso que es totalemente imprescindible y no agrede la dignidad de las personas. A ver cuántos programas existen así en televisión. Sobre todo, a ver cuántos políticos pueden creerse mejores individuos por no bajarse los pantalones en público y joder a desconocidas... Yo bien pocos. Soy una gran defensora de esas películas con una iluminación cuidada, ambientaciones con toques kitsh y parpadeos de pestañas kilométricas. De mujeres con tacones brillantes que alzan la grupa hasta el cielo para ser penetradas por hombres dibujados perfectos. Me muero por entrecerrar los ojos y gemir con esa cadencia sinuosa que casi me sale cuando tengo que ejercer mi derecho al voto y no encuentro la papeleta que defina mi idelología. Y ahora encima ya hay películas pornográficas en 3D. Ríete tú de la emoción de "Avatar" después de ver una de estas películas en 3D. Hablar en un programa de televisión de estas pequeñas y desconocidas obras de arte y de todo lo que puede rodear al porno incluyendo la literatura me parece un auténtico privilegio. Yo sé hacer televisión y me gusta el porno; así que voy a explotarlo. 
 
Al fin y al cabo es el género más placentero que existe, lo que ocurre es que está totalmente denostado. Y a mí me hace muchísima gracia y me encanta. No me da dolor de cabeza, no me deja compungida, no me desgarra como un montón de guiones que siento en muchas de las situaciones que me salpican diariamente. Es simplemente sexo. Nada más y nada menos que sexo. Perfecto. Acabo de enterarme de que existe hasta una revista en árabe que habla de erotismo (no de sexo; son dos cosas bien diferentes) y me ha parecido algo tan delicado y delicioso como Radiguet. Con ambas cosas estaría encantada, no hay nada como el Marqués de Sade para respirar y Milo Manara para suspirar. Si jadeamos entramos ya en otros autores. Y yo no sé tanto como Rafa pero estoy segura que como de tele sé un ratito (tampoco la que más sabe, pues no me queda ni nada.) imagino que lo haría estupendamente porque me divertiría lo que no está en los escritos. Así que quiero presentar un programa como ése. Qué rabia que la presentadora lo haga tan bien, si no lo intentaba. 

Porno duro

Estoy en un sinvivir. Esto de quedarse de canguro un viernes por la noche tiene sus peligros. Y a mí me han llegado todos, esto de ser tan intensa me va a matar...
No suelo ver programas de corazón. No porque sea muy lista, ni muy intelectual, ni siquiera porque sea muy consecuente con mis ideologías. No los veo porque normalmente me aburren demasiado. Y también me han dado de comer, como a la mayoría de los periodistas que no tenemos un contrato fijo con una cadena de este país, que hasta las más aguerridas reporteras de "Madrid Directo" hemos tenido que comer alguna vez, incluyendo las que eran muy buenas.

Esta noche Mi Canalla ha salido con unos amigos. Y yo me he pertrechado en el sofá, me he preparado un sandwich de Bolonia, espinacas frescas y salchichón ibérico (¿se creía el personal que una era tan sofisticada?) y he visto por enésima vez "Closer", (por favor, mi cumpleaños es el 12 de julio, cumplo 38, ¿puede regalármela alguien?)peliculón que me altera hasta el paladar. Y después he caído. Confieso que he caído. Me estoy embruteciendo con "Sálvame de Luxe". Al borde del infarto...

Andan con el tema de Ylenia. Otra vez. Y no sólo están con un tema que viví en mis propias carnes porque entonces trabajaba en un programa de corazón de Telecinco, es que en los primeros minutos además han nombrado no sólo a un par de contertulias de aquel programa en el que estuve, es que no dejan de nombrar a una chica a la que conocía de mi adolescencia en Getafe cuyo mote entonces era "la Guapa". Porque lo era. La que más.

En esta tragedia griega televisada en directo se habla de conspiración, estafa a "Interviú", cámaras ocultas, venganzas, odios, envidias, chantajes, fingimientos, plañideras, sobredosis, mucha pasta y hasta de cárcel. Todo sin anestesia.. Y mañana serán líderes de audiencia, al tiempo.

Lo mejor de todo ( o puede que sea lo peor) es que en ésta también tengo algo que decir... Pero cualquiera lo suelta. Porque claro si se está moviendo tanto dinero con este tema cuando en realidad es mucho más burdo y sencillo de lo que parece, a una hasta le da miedito abrir el pico. No vaya a ser que me salpique. Sobre todo porque hay que joderse pero la primera bronca que tiene Julián Muñoz con una reportera fue conmigo y desde entonces no dejo de aparecer en la "Cadena Amiga" cada vez que sacan el tema de la ex-pareja. Y eso que yo le pregunté por su labor como alcalde de Marbella que a mí su vida sentimental me daba lo mismo, me ponía mucho más su desfachatez de político chorizo. La de problemas que me trajo aquello...Cualquiera sale y dice de dónde le vino a Lidia todo el tema de Ylenia, que es de lo más bobo. Y ahora mismo la rubia está llorando en el set con Jorge Javier diciendo que "son riesgos que corremos los periodistas". Hay que joderse... El público la anima, eso sí: "Lidia, estamos contigo", le dicen.

Creo que lo mejor es esperar a que empiece la porno del Plus. Al menos no me dará tantos sobresaltos...

Confabulación en la TDT

Está claro que el fútbol es lo único capaz de provocar los hechos más insólitos.  Ayer, Telemadrid vivió uno de sus días malditos porque la señal de la TDT no dio cobertura a la totalidad de la población. Barrios enteros sufrieron en sus carnes, o más bien en sus retinas, tener que ver (o más bien no ver) la retransmisión del partido Barça-Inter totalmente pixelada. Aún así consiguió un 44'4 % de share con picos que rozaban el 50. La gente está de la cabeza... Bueno, en algunas jornadas de huelga de los trabajadores del Ente, cuando un inmenso negro impresionaba la pantalla, se llegó al 2%, audiencia que ya quisieran para la redifusión de "Diario de la Noche", que hay días que no pasa del 0'3%... Lo dicho, algunos están fatal. Bueno, pues hay quien ya dice que se trata de una conspiración y que una "potente señal de origen desconocido" impidió la perfecta retransmisión y que desapareció minutos antes de que acabara el partido. Vamos, que iban a por ellos. Telemadrid ha denunciado ante la Policía y la Dirección General de Telecomunicaciones los hechos; que digo yo que menuda cara debió poner el funcionario de la comisaría que atendió a los denunciantes, cuando se personaron allí. ¿Y cómo lo contaron? ¿Lo plantearon como un expediente paranormal? ¿Como un atentado a la libertad de expresión? ¿Como una conspiración judeo-masónica? Sobre todo porque para un día que la cadena se podía garantizar una buena audiencia (cosa que no consigue por sus propios medios), van y se lo chafan. Gracias a ese 44'4% llegaron a rozar el 16% en la audiencia del día... El día anterior apenas pasaron del 7%... Un drama.

Está claro que fue una putada que esto ocurriera. Pero que se decanten por el sabotaje en vez de pensar en el error sin más me resulta cuando menos agresivo. No se puede echar siempre la culpa al empedrao cuando las cosas salen mal, sobre todo porque también merece la pena revisar cada uno sus faltas y dilucidar dónde está el fallo. Puede que efectivamente la señal de la TDT no sea tan infalible como al Ministro Sebastián le gusta asegurar; en mi casa de Las Navas del Marqués la perdemos continuamente y no creemos por ello que ordas de saboteadores nos joden la señal para que no podamos ver la tele. Puede que el espacio esté saturado de tanta señal analógica y digital con la proliferación de antenas para teléfonos, parabólicas por doquier e inhibidores varios diseminados por todas las ciudades. O puede que simplemente alguien tocara un botón que no era y como en las comedias baratas sólo se percatara cuando regresara de comerse el bocata de la cena, que esas cosas aunque no lo creamos también pasan. Pero hablar de confabulación y sabotaje me apesta a lucha política y cercanía de las elecciones municipales... Ya está bien.

Lo que más me impresiona es que no exista un dispositivo que salte automáticamente cuando ocurre una cosa de estas. Que, como en cualquier emisión que se precie, desde control central no se pueda recurrir al "Plan B" que subsane cuanto antes el problema. Eso sí que me chirría. ¿Creían que todo iba a ser tan sencillo? ¿Que la tecnología funciona a las mil maravillas siempre? Está claro que no.

Lo más divertido es haberme enterado por este percance de la existencia de "ojeadores de frecuencia" que se dedican a inspeccionar el espectro de ondas tratando de descubrir las señales que interfieren en el devenir tranquilo de las ondas legales. Algo así como caza recompensas del Oeste que tratan de reducir, detener y aniquilar a los impostores que suplantan el espacio de otros. Me fascina. ¿Irán armados con aparatosos cachivaches mientras pasean por explanadas para interceptar las ondas usurpadoras del espacio de otras? ¿Vestirán algo así como los "Cazafantasmas" o más bien irán más de incógnito como los "Hombres de Negro"? ¿Llevarán gafas a lo CQC? ¿Entenderán y hablarán con fluidez idiomas interespaciales para interceptar las conversaciones de los delincuentes?

Por favor, si alguien conoce a uno que me lo presente... Necesito ponerle cara. Porque lo mismo hasta podemos intentar que los malos de esta película, la próxima vez que quieran sabotear Telemadrid, en vez de robar la frecuencia en un partido tan excitante elijan cualquier otro tramo horario.. Total, tienen para elegir.

Claro que ahora ya no debemos perdernos los comentarios del comentarista de "Diario de la Noche", porque de aquí a que acuse al Gran Wyoming nos quedan dos telediarios. O que Pedro J. busque y rebusque las pruebas para demostrar que todo se pergeñó en cualquier  herriko taberna y que, ¡por supuesto! el gobierno está pactando con ETA la entrega de armas a cambio de que aniquilen la televisión de todos los madrileños.

Para una vez que Telemadrid acierta con el contenido de sus emisiones, van y nos lo joden...

Cornadas televisivas

Me gustan los famosos que escapan de los focos en su vida privada. Son pocos, pero existen. A veces ni siquiera nos damos cuenta de que están más que cuando su nombre irrumpe en mitad de la portada del periódico y nos recuerdan a todos que otra forma de fama es posible.
Y mira que la televisión nos lo pone cada vez más difícil. Basta con echar un vistazo a las curvas de audicencia de cualquier programa, ese tríptico amado y odiado por todo director de programa que se precie y que intentamos despreciar el resto de los curritos pero del que dependemos todos y cada uno de nosotros. He sido testigo de auténticas sentencias de lo más pueriles dictaminadas por hasta el apuntador. Porque todos sabríamos qué hacer para combatirlas pero ninguno acertamos cuando viene el caso. El que decide, el que manda, el que tiene el  dominio suele ser el más mediocre y eso me da mucho miedito.

Julián López, "El Juli", no es amigo ni de entrevistas ni de hablar en público más allá de su trabajo: los toros. Acertadamente, Roberto Domínguez lo tomó en sus manos para alejarlo de los focos siempre insidiosos de paparazzi, cotilleos, amistades superfluas y demás vainas y lo centró en lo que debía centrarlo: el albero. "EL Juli" dejó poco a poco su diminutivo tras el burladero para plantarse en mitad de la plaza como quien es: Julián López y ganarse el respeto del respetable que lo aúpa a hombros en la Puerta del Príncipe saldando cuentas históricas; el mismo que lo espera anhelante en La Grande de Las Ventas. Todo en un año en el que, recordémoslo, también estarán José Tomás, El Cid, Sebastián Castella y esperemos que la espalda permita a José María Manzanares. Pedazo de San Isidro.

3 semanas me ha costado convencerlo para que me permita ir a su finca en Extremadura con un equipo de televisión a hacerle un reportaje previo a San Isidro para que me cuente cómo está el madrileño antes de regresar a su plaza. 3 semanas de llamadas a un exquisito Roberto Domínguez con el que da gusto hablar por lo bien amueblada que tiene la cabeza, por lo bien que maneja los hilos, por lo seguro que está de la profesionalidad de su chico. 3 semanas que he trabajado segura y despacito, convenciéndoles de que su vida privada no me interesa lo más mínimo, de que será una charla distendida y de amigos, de que sólo quiero que sus paisanos lo vean un poco más relajado que cuando cope las portadas de todos los demás informativos y medios de comunicación. Y finalmente los dos han accedido. Me dejan ir a Olivenza a hacerla, siempre y cuando sea un día determinado al que yo me he plegado sin rechistar y sin cuestionar. Como diga, Maestro. Es un honor; se lo aseguro.

Pues no.

No porque en la cadena en la que trabajo no quieren que salgamos de las lindes del cortijito. Al parecer algún osado se fue de viaje a Zaragoza y después pasó tan ricamente las dietas; todo por hacer un reportaje que empezaron a las 9 de la mañana y acabaron a a las 9 de la noche y por el que producción tuvo que desembolsar 50 € en dietas más la gasolina del vehículo. Y claro, no hay pasta para semejantes dispendios. Con lo bien que se está haciendo reportajes en Navacerrada, que está casi en la puntita pero aquí al lado, aunque sea de chocolate con churros en la pastelería de la estación, pero no yéndonos tan lejos a entrevistar a un torero madrileño que vive alejado de los focos de superestrella... Si total, seguro que en Madrid tenemos alguno más a mano... Que 50 € en dietas para el equipo (cámara, ayudante y redactora) y la gasolina de ese ida y vuelta es un pastón. Pero de los buenos.

Además, ¿no vive aquí la ex de otro torero, mucho más mediocre pero mucho más mediático, que cada vez que abre la boca se disparan los audímetros, hunde las curvas de todos los demás programas y alza la suya hasta la andanada? ¡Pues qué coño! Seguro que disimulando podemos sacar tajada si nos acercamos a esa famosa puerta de metal rojiza de San Blas desde la que se asoma la elementa, que si bien no es la del Principe, la guía hasta la mitad de la plaza para que tengamos que lidiarla... No vaya a ser que por un día los toros sean los que dan las cornadas a la hora de la merienda y no los insultos que vocifera ella. Por no decir lo baratito que nos sale el viaje, que San Blas está a dos patás. Y, aunque no me han dicho (aún) que cambie un tema por otro, en esos despachos "de arriba" saben la fórmula exacta para pelear por la audiencia; todo es que les dejen de una vez por todas hacerlo. Ellos por lo pronto no me dejan ir a la casa de "El Juli".

Qué asco de profesión. Pero qué asco.

Me gusta el fútbol

Normalmente vivo rodeada de hombres; siempre ha sido así y me gusta. Lo bueno es cuando me doy cuenta de que tengo algunas cosas en común con ellos que me alejan indefectiblemente de las de mi sexo.
Pero nunca pensé que podía pasarme con el ocio.

No sé si me apunté a disfrutar del fútbol porque no me quedaba otra o porque tiendo a intentar rascar algo positivo en las cuestiones laborales. Y yo empecé haciendo información deportiva. Así que no me quedó otra que aprenderme los nombres de aquellos tipos en pantalón corto a los que iba a ver todos los días al entrenamiento y de los que después hablaba en mis crónicas para los informativos de TVE y el programa "Grada Cero", obra y gracia de mi primer jefe del que tanto aprendí como persona y como futura periodista: el siempre admirable Luis Miguel López. Ahí empecé a pasármelo bien; sobre todo porque encima me moría por Rafa Alkorta...

Cada vez que sale el tema del fútbol mis compañeros, conocidos o desconocidos, no pueden evitar sorprenderse de que yo tenga mi propia opinión al respecto o que comente la penúltima jugada de uno u otro equipo con la misma determinación con la que hablo de zapatos, menús, fiestas intempestivas o sinvergonzonería política. Bueno, esto último desde que quieren eliminar de la faz de la tierra a Baltasar Garzón me saca más de mis casillas que la cagada de Higuaín en el partido frente al Lyon. Que ya es decir. Reconozco que no sé mucho de fútbol, pero soy buen público. Y como vivo rodeada de hombres (los cámaras son mayoría masculina y Mi Canalla y todos sus amigos son futboleros de libro), me alimento de muchas de sus enseñanzas, moldeándolas a mi antojo y reproduciéndolas en el momento justo. Siempre fui una chica lista. Eso y que en mi casa se monta un sarao futbolero cuando menos te lo esperas porque nunca pongo pegas y araño en el frigorífico lo que sea con tal de que se esté a gusto en mi casa viendo cómo la quiniela se convierte en la última esperanza de vida de toda la gente que quiero.

Pues parece que el resto de mujeres del planeta no están tan dispuestas.

Los cámaras con los que trabajo se quejan cuando me escuchan de que sus mujeres, novias y madres no están tan dispuestas como yo a que en sus casas se vean todos los partidos de fútbol. A mí no me importa, la verdad. Creo que la televisión embrutece demasiado y la utilizo como mero soporte para ver sólo lo que realmente me interesa: "House", "Mad Men", alguna película de Satélite Digital, los informativos de TVE (el resto me producen náuseas) y por supuesto fútbol. Y me río. Me lo paso maravillosamente bien comprobando cómo un deporte puede crear tanta pasión, tanta literatura y tanta devoción en las personas que quiero y están conmigo. Si hasta Mimoco ya tiene dos equipaciones y se lleva las manos a la cabeza arrastrado por el ímpetu de los adultos que vociferan "Gooool" y celebran las hazañas de Ronaldo o Messi. Afortunadamente, Mi Canalla es madridista, pero no gilipollas, y cuando un jugador de cualquier otro equipo hace una genialidad es capaz de levantarse, aplaudir sinceramente y reconocer que, si bien algunos creen que existe Dios, para él debe calzar unas botas de fútbol. El caso es que conozco a demasiados hombres que echan de menos tener complicidad con sus parejas y poder ver todos los partidos que les gustaría.

Y a mí me sorprende.

Me sorprende porque más allá de la supuesta masculinidad del fútbol, lo incómodo de las reuniones de amigotes frente al televisor cuando juega el equipo de sus amores y de la intensidad con la que se puede vivir un domingo (desde hace un par de semanas se alarga hasta el lunes)... El fútbol puede ser una excusa perfecta para ser lo suficientemente feliz con tu pareja. No conozco ni a un solo forofo que no se derrita si le regalas dos entradas para ese partido con el equipo rival de turno que, cómodamente, ya se pueden comprar por internet. Me quita muchos problemas en el tema de los regalos: es muy difícil acertar cuando regalamos algo a los tíos porque tendemos a regalarles algo que nos gustaría tener a nosotras. Y a ellos normalemente les importa bastante poco lo mal que le va a Dan Drapper...Evidentemente esas entradas no son ni mucho menos para acompañarle al campo; lo disfrutará mucho más si va con ese colega con el que tanto habla de hasta dónde puede llegar la Selección en el Mundial de Sudáfrica, o de la suerte que hemos tenido de que Inglaterra, le pese o no a Capello, no tiene un buen portero para aguantar mucho. No te quiero ni contar si encima es de esos cuarentones maravillosos que siguen reuniéndose para echar un partidito una tarde a la semana, despotricar en el campo, comprobar que ya no llegan a marcar a los más jóvenes y desternillarse de risa en las cañas posteriores rememorando épocas pasadas de gloriosas hazañas barriobajeras cuando jugaban en la liguilla de barrios y llegaban a los partidos con el rezumo a alcoholazo de la noche anterior. Se lo pasan teta. Y eso siempre es sano para nosotras, quienes nos quedamos en casita tranquilamente todos los viernes por la tarde pintándonos los morros esperando a  que regresen de su partidillo semanal, subirnos a los 11 centímetros de tacón y salir de juerga con quien más nos apetezca esa semana. Vienen tan reventados de trotar por el campo de césped artificial que alquilan al Ayuntamiento que hasta les encanta que nosotras desaparezcamos. No sacarle partido al partido es un gran error.

Así que no me queda otra que me chifle el fútbol. Por todo esto y porque creo que me costará decenios eliminar de mi cabeza la imagen más excitante de cuantas me ha reportado la caja tonta en estos 37 años de convivencia: Zidane intercambiándose la camiseta con Figo en el pasado Mundial de Alemania. Nunca he deseado tan encarecidamente que me repitieran una jugada; lástima que el realizador de televisión no le diera la misma importancia... Lástima.

Odisea hospitalaria

Desde que soy madre me pregunto con mucha asiduidad qué coño pasa en la Sanidad Pública. Admito sin ningún tipo de rubor que, como la mayoría de personas que conozco, soy de las que evitan ir al médico. Pero si bien me sé manejar perfectamente cuando me duele a mí lo que sea, me entran sudores siempre que es MiMoco el que cae en algo más grave que su acumulación diaria de mocos. El caso es que, como todo padre del planeta, la llegada del bebé trajo consigo las visitas periódicas al médico.

Esta mañana nos ha tocado una de sus revisiones periódicas. Allí estábamos los dos, en la parada del 158, esperando el autobús que nos llevara al hospital en cuestión.
Hoy tenemos dos consultas: una revisión con el otorrino y otra con el de infecciones. Cosas de las mastoiditis infantiles. La primera cita es a las 10; llegamos con 20 minutos de margen.

La primera cita va en hora; nos volverán a ver en el mes de noviembre, o mejor dicho, nos dan un volante para que vayamos a citaciones a pedir una para el mes de octubre. Tengo aún 45 minutos hasta la siguiente consulta para conseguir esa cita, pero como ya me sé la película después de 20 meses de lucha contra los mocos en el oído, lo que tengo que hacer es coger número para ver si me da tiempo a pasar por la segunda consulta y regresar y pedir las correspondientes citas. Me toca el 111; en la pantalla van por el 67. Quince minutos después cojo otro número; me huelo que no me va a dar tiempo a hacerlo como quería, así que mejor que tenga varios números para que me dé tiempo a todo. El 130; lástima que la velocidad con la que atienden no se corresponda con la que se demandan números... Ahora en la pantalla aparece el 78... Antes de acudir a nuestra segunda cita, a las 11.15, cojo otro número, el 146, en el mostrador atienden al 92...

La consulta de infecciosos comienza con retraso; entramos pasadas y media. Revisión médica al uso y citación en dos meses. Corro por el pasillo cruzando los dedos para llegar a tiempo de cualquiera de los números que tengo... Oooooh, ¡qué pena! En el mostrador están atendiendo al 148, por dos números se me ha pasado... Roja de rabia vuelvo a la maquinita que escupe mi desesperación: me toca el 201. Mínimo hora y media.

No me queda otra que pedir el justificante de mi presencia en el Hospital; más que nada porque MiMoco aún no va solo y no queda otra que lo llevemos alguno de nosotros. Como en todas las empresas, tengo que llevar el consabido justificante por las horas de trabajo que consumo entre los pasillos del Hospital. La enfermera de las consultas por las que he pasado me lo hace sin problemas... Hasta que veo la fecha de final de consultas que me ha puesto: las 11'45. "Aún me queda pedir los números de las siguientes consultas y tengo más de 50 números de espera", le suplico, "Pida otro allí; no puedo hacer nada", me contesta. Con mi justificante "a medias" me acerco al mostrador correspondiente, "Perdone, me han hecho el justificante de las consultas a las que he venido pero me pone la hora a la que he salido del médico. Tengo que pedir cita para las próximas y me queda un hora y media más o menos de espera, ¿qué puedo hacer?"; la mujer que me acaba de escuchar sonríe. Su sonrisa es mitad conmiseración, mitad cansancio; deben hacerle esta pregunta a diario miles de veces. "Aquí no damos justificantes, lo siento; sólo pueden darlos las enfermeras de consultas". Sobra decir que por mucho que le he insistido a la misma profesinal que me lo había dado cinco minutos antes, se ha negado en redondo a cambiar la hora. Yo no he podido justificar ante el departamento de recursos humanos de mi empresa por qué he fichado casi dos horas después de la hora que aparece en el maldito papelito del Hospital.

Queda claro que en este país la picaresca no es una artimaña para engañar, sino para sobrevivir. Ya he aprendido para la próxima que no queda otra que pedir el justificante cuando ya haya hecho todas las gestiones, afirmar sin ningún rubor que mi consulta terminó a la hora en la que terminé realmente mi visita en el Hospital y mentir bellacamente en todos los papeles que acumulo en la consabida carpeta amén de no tener un problema con mi jefe, quien por otra parte, no tiene estos problemas porque él jamás lleva a sus hijos al médico: para eso tiene a "la chica".

Condones en la cartera

Se supone que hombres y mujeres nos movemos en los mismos terrenos. Se supone  que en materia de sexualidad ambos géneros caminamos en la misma dirección, aunque nos empeñemos y defendamos hacerlo en sentidos contrarios. Se supone además que las mujeres no deberíamos exigir una igualdad que, también entrados en suposiciones, nos sería innegable por su propia cotidianeidad. Ja. Más quisiéramos...

A los hombres les sigue extrañando que las mujeres llevemos condones en la cartera.

Esta mañana, después de desayunar con Mi Canalla y MiMoco, he entrado yo sola a comprar el pan en una de esas cafeterías donde lo mismo te venden un chapata de cereales como te sirven un sandwich de pavo con manzana. Delante de mí había dos personas: una mujer esbelta, rubia de pelo corto y ojos inmensamente azules, cinco o seis años más joven que yo y un hombre unos diez años mayor que ella, del que apenas podría destacar nada por lo anodino y vulgar que era. La chica se ha apartado al colocarme yo en la fila para pagar la barra de pan y el hombre sacaba un billete de poco valor por el desayuno que acababan de consumir. Yo esperaba mi turno sin fijarme mucho en ninguno. El tipo ha retrocedido un par de pasos para dejarme hueco mientras guardaba las vueltas en su cartera, de tal forma que yo me he quedado justo a su lado mientras buscaba el euro que costaba mi pan, así al abrir mi cartera, él se quedaba lo suficientemente cerca como para poder ver con total nitidez su contenido. Soy de las que guardan multitud de papelitos y recibos entre las monedas, tickets y facturas que de vez en cuando saco para tirar en la papelera cuando me entran esos ataques de orden y recoloco las cosas de mi pequeño y personal caos. Aprovechando que la joven de la pastelería esperaba también su turno frente a la máquina registradora, he procedido a aligerar de porquerías el bolsillo de las monedas. En esto que se ha visto con total perfección el condón que llevo dentro. Tensión de glúteos. No los míos por supuesto, conozco perfectamente ese condón; lo guardé yo. Pero al tipo que estaba a mi lado, le ha debido de parecer casi como si en vez de un pequeño preservativo, yo hubiera puesto encima del mostrador un consolador del tamaño de un obús. Que tengo el mismito derecho. Ni qué decir que ninguna de las mujeres que estábamos alrededor le hemos dado ninguna importancia al sobrecito minúsculo de plástico con la funda de látex dentro.  

A partir de aquí, ha procedido a desplegar todo su encanto patético. Lo primero que ha hecho ha sido recurrir al manido recurso de la climatología de este crudo y eterno invierno. "Y decían que no iba a hacer frío", ha soltado. Yo, la verdad, ni siquiera lo he mirado; he dado por hecho que la conversación que iniciaba no era conmigo sino con la joven que lo acompañaba. "¡Pues menos mal! -ha seguido- veo que tú no te lo has creído y te has abrigado bien" - ha seguido mientras con dos dedos ha acariciado el chaleco de piel sintética que yo llevaba puesto. Entonces me he dado cuenta de que la rubia del pelo corto estaba tres o cuatro pasos apartada de nosotros, ensimismada con el repertorio de los pasteles expuestos; imaginaciones glotonas de deseos que, a juzgar por su talla 36, hacía tiempo que no disfrutaba. Me hablaba a mí. "Bueno, ni siquiera lo había pensado"- he contestado. "Ya; pero se te ve preparada".

Le hubiera faltado darme un golpecito de complicidad con el codo, hacerme gestos con la cabeza señalando el condón que yo guardaba ya en su sitio riéndose de  su propia gracia. Sin duda, le habría pateado la cara. ¿Cómo se puede ser tan idiota? Si en vez de haber visto mi condón hubiera visto el que espero lleve en su cartera Mi Canalla, su reacción habría sido muy diferente. Porque los tíos de mi generación llevan condones en los bolsillos desde los 15 años a pesar de que el primero lo debieron de usar caducado. Pero las mujeres de mi edad acabamos de empezar, como aquel que dice, a normalizar el uso de nuestros propios métodos anticonceptivos y a no ocultarlo. Sobre todo porque no caemos en la cuenta de hacerlo.

La joven filiforme no se ha percatado de la situación absurda y ha salido de la cafetería. Yo he dejado mi euro sobre el mostrador, he guardado la cartera con el preservativo en la mochila y he ido hacia la puerta. El pollito chistoso ha debido de pensar que debía actuar como gallo del corral y ha dado un par de ridículos saltitos para adelantárseme y abrirme la puerta. "A ver si mañana te veo antes de que salgas de casa y así me entero si debo abrigarme o no", me dice. "Uy, no hace falta -le he contestado mirándole a los ojos -. Basta con que abras la ventana y saques la nariz. No es tan difícil". Y me he ido dando las gracias a las chica que me acababa de atender.

Lo peor es que estoy segura de que si en vez de un condón hubiera llevado uno de los múltiples chupetes de MiMoco, jamás me habría dirigido la palabra. ¡Una madre! Uf, qué pereza. Pero una tía que lleva preservativos... Ummm...

Afortunadamente, llevo condones en la cartera porque no sólo me permiten follar donde me da la gana y con quién me da la gana; sino que además son el mejor medidor de gilipollas del siglo XXI. No fallan.