viernes, 24 de agosto de 2012

Asfixia




Sospecho que alguien está jugando con fuego. Y no miro a ninguna. Basta que llame Mamen pidiendo a gritos una quedada para que yo sepa que mi Cuqui está tristona. Cuqui. Nunca entenderé cómo una mujer tan inteligente como ella se endosó un mote tan ridículo. Pero a ella le queda todo bien. Hasta tener mote de perrita chihuahua. Así que por esa regla de tres sé que alguna está enredando en pantalones que no son los que están tirados junto a su cama.


Y somos sofisticadas. En esta panda somos sofisticadas. Tanto como para intentar superarnos en cada nueva conquista. Si el de hace tres años era un publicista fantástico que moría por nuestros huesitos y se comportaba casi como el mejor de los cómplices... ¡Zas! Nos liamos con el profesor de universidad. O con el marido de nuestra compañera de curro. Tenemos madeja a la vista. Hay eso sí, que catalogarlas. Todo depende de con qué te castigaras la noche del último viernes. Si fue con gintonic no hay problema. Lo jodido va a ser como fuera con chocolate, horchata, cacachuetes dulces o regaliz rojo. Entonces olvídate. Y eso conlleva la caída de nuestro imperio romano. Cuando una de nosotras se entretiene de más en un cuarto de baño no se está metiendo un tiro; está maleando. Por WhatsApp y en silencio. 



Si comprueba cada dos por tres si él está "En línea"o "Escribiendo" ni te cuento. Puede que tengamos sesión doble de palomitas. 



Lo bueno es entender que si no fuera así no merecería la pena. Nada de nada. Cada vez hay menos dinero, más deudas y el gobierno nos arrincona mientras nosotros discutimos si debemos conocer o no los bienes de nuestros políticos. Aún lo discutimos. ¿Cuál es el resultado? Asfixia se llama. 






lunes, 20 de agosto de 2012

A mí, que me dibuje Manara


Yo quiero ser "Miel" y que me dibuje Milo Manara. Sí, "Miel". No ha habido una reportera de televisión más sensual, excitante, profesional y deslenguada que ella. "Miel", la de "Cámara indiscreta", la de "El perfume de lo invisible", la de la melena rizada al viento, las tetas grandes y perfectas, patilarga y con el monte de venus más bonito del Universo. Sí, ésa. La que además de todo eso se folla todo lo que le viene en gana. Todo. 

Y claro, ¿quién querría perdérselo?

Pero una cuestión estúpida, infantil y con más pilares religiosos que la Capilla Sixtina, nos lleva a defender de un modo u otro la fidelidad. Sí, la fidelidad. http://lema.rae.es/drae/?val=fidelidad La "observancia de la fe que alguien le debe  a una persona". Tócate los cojones. La fe, que ya de por sí es absurda, no solo nos la endosan para justificar las religiones, sino que además quieren meterlas en mi cama. Para encima no follar, que es lo que más me jode... Somos fieles. Tenemos que ser fieles. ¡Debemos ser fieles! Y encima lo sitúan al lado de lealtad, que nada tiene que ver. 

Aunque "Miel", que yo sepa, no tiene pareja. Hace lo que le viene en gana pero tampoco se convierte en la infiel religiosa, marital y sexual de nadie. Y  eso son todo ventajas. Sobre todo porque se ahorra la infinidad de razones, ninguna consistente por cierto, de los parabienes de la fidelidad que serán capaces de gritarte hasta el último de los que te rodean. Sin darse cuenta de que, al tiempo que te inundan de motivos que puedes rebatirles con ejemplos prácticos (de ellos incluso), matan la complicidad y la competencia. ¡Ya no hablamos de la pasión! Razones bastante más importantes que una mierda de cuernos. 


Nos vendría de miedo hacer un poquito lo que nos diera la santa gana. A todos. A mí pasear sobre los tacones de vez en cuando y que venga otro chulito de turno a intentar tirarme de ellos. Sí, otro. En casa tengo al mejor, pero quiero otro. Déjame que me divierta. Deja que sea otro el que se sorprenda porque huelo a ámbar, tengo un piercing en el ombligo que no enseño y que escondo el delirio que ya hubiera querido para sí Linda Lovelace.  Y entonces te seré leal. La más honesta y leal de todas. Porque si después de todos estos pecados perpetrados por uno y otro lado, seguimos juntos... No me cabe la menor duda de que somos la pareja perfecta. Y yo soy "Miel" cada vez que me meto contigo en la cama.