"Valentina" de Guido Crepax |
Desde que nos hemos sofisticado por esta maraña de información que nos inunda, la vida sexual de cualquiera es de lo más fascinante. Un simple vistazo al smartphone de turno y sabemos dónde están todos y cada uno de los que nos interesan. Perdemos poco tiempo en enterarnos de las apetencias, esperanzas y gustos de los que llaman nuestra atención, Twitter y Facebook nos exhiben a la perfección. Basta darte un par de veces de bruces con alguien mínimamente interesante para que memorices un avatar y con su próxima genialidad, en vez de conformarte con retuitear o marcarte un FAV, ¡zas! ya te sigo.
Marcas los límites centrándote única y exclusivamente en los que llaman tu atención; hay que seducir a golpe de 140 caracteres. Toques cortos, al pie. Pases perfectos al de enfrente para que uno de los dos marque el tanto correspondiente y lance el primer DM. Nuestro spanglish ha hecho posible que alguno llame a sus seguidores "followers" conjugando a la perfección el verbo "to follow" hasta crear expresiones tan explícitas como "déjame que te followee esta noche", que la lees en el Metro y das un respingo fijo.
Si lo hace en público o por medio de un DM determina bastante las intenciones. Sé infiel y no tuitees con quién.
Incluimos las redes sociales en la cacería y lo hacemos sin remordimiento. Somos capaces de hablar de todos y cada uno de nuestros pecados desde la platea de nuestros perfiles. Y es la fidelidad la que marca el límite de cada uno. Pocas cosas son tan personales en la vida sexual de un individuo que cómo se lleve consigo mismo para hacer frente a todas y cada una de las veces que se muera por poner los cuernos.
No vaya a ser que apetecer, apetezca casi siempre.
Quiero que me cuenten y de paso, a toda la platea, qué es la fidelidad y también la infidelidad. Cuál consideran virtud y cuál es pecado. No hay historia de amor que se precie que no tenga un buen par de cuernos. Y no siempre supusieron un drama. El mayor ejercicio de honestidad es reconocer si podemos seguir junto a la persona que amamos y con la que compartimos nuestra vida aunque abra la boca para lamer un sexo que no sea el nuestro.
A ver quién es el que resiste a no mortificarse aunque sea un poquito.
Kiko Amat es capaz además de ponerle música a todo esto con esta lista de diez canciones que son las favoritas de cuernos, pillada y rupturas. No sé con qué frecuencia leen Jot Down; yo siempre que puedo. Siempre termino enterándome de cosas de muchos de los que deambulan por mi TL gracias a lo que cuenta la revista de marras. ¿Hay algo más apetecible?
Me muero de ganas por saber si son fieles o infieles, si son capaces de soportar las estocadas de otros. Si son de los que dejan claro en las primeras cenas qué posibilidades hay de enredar en cama ajena. Rubrico la etiqueta #ContigoDentroInfieles para ordenar en mi carpeta de trabajo y lanzo la propuesta.
Con lo que me gusta a mí hablar de sexo y lo bien que se me da que me imaginen, ya hay algún interesado en saber si la chupo como lo escribo.
La infidelidad como los pecados son de palabra. Obra o pensamiento. Cuando es consumada? Eso es un misterio. Siempre me he preguntado que piensan las mujeres que cuando besan a la pareja te miran
ResponderEliminar¿Y cómo de fiel o infiel es el hombre que te confiesa su admiración y deseo, no por twitter público o DM, sino mediante un comentario en tu blog, ex-princesa?
ResponderEliminarSi es que te tengo que querer...
EliminarLa magia es completa cuando no hay culpa. Y sí, esta frase dice exactamente lo que pienso: "El mayor ejercicio de honestidad es reconocer si podemos seguir junto a la persona que amamos y con la que compartimos nuestra vida aunque abra la boca para lamer un sexo que no sea el nuestro"
ResponderEliminarMuack!